POEMAS Y FRAGMENTOS DE IMPORTANTES AUTORES

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Retrato de Antonin Artaud

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FUENTE: http://www.epdlp.com

 

ANTONIN ARTAUD : NOCHE

» Los mostradores del cinc pasan por las cloacas,
la lluvia vuelve a ascender hasta la luna;
en la avenida una ventana
nos revela una mujer desnuda.

En los odres de las sábanas hinchadas
en los que respira la noche entera
el poeta siente que sus cabellos
crecen y se multiplican.

El rostro obtuso de los techos
contempla los cuerpos extendidos.
Entre el suelo y los pavimentos
la vida es una pitanza profunda.

Poeta, lo que te preocupa
nada tiene que ver con la luna;
la lluvia es fresca,
el vientre está bien.

Mira como se llenan los vasos
en los mostradores de la tierra
la vida está vacía,
la cabeza está lejos.

En alguna parte un poeta piensa.
No tenemos necesidad de la luna,
la cabeza es grande,
el mundo está atestado.

En cada aposento
el mundo tiembla,
la vida engendra algo
que asciende hacia los techos.

Un mazo de cartas flota en el aire
alrededor de los vasos;
humo de vinos, humo de vasos
y de las pipas de la tarde.

En el ángulo oblicuo de los techos
de todos los aposentos que tiemblan
se acumulan los humos marinos
de los sueños mal construidos.

Porque aquí se cuestiona la Vida
y el vientre del pensamiento;
las botellas chocan los cráneos
de la asamblea aérea.

El Verbo brota del sueno
como una flor o como un vaso
lleno de formas y de humos.

El vaso y el vientre chocan:
la vida es clara
en los cráneos vitrificados.

El areópago ardiente de los poetas
se congrega alrededor del tapete verde,
el vacío gira.

La vida pasa por el pensamiento
del poeta melenudo.

En la calle sólo una ventana,
las cartas batidas suenan.
En la ventana la mujer sexuada
somete su vientre a discusión. »

JAROSLAW IWASZKIEWICZ : ÍCARO (FRAGMENTO)

 

 

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» Hay un cuadro de Brueghel llamado Ícaro. En él se ve a un campesino que ara la tierra en un alto acantilado sobre el mar; un pastor impasible apacienta su rebaño, y un pescador tiende las redes en la costa. A lo lejos, puede vislumbrarse una tranquila ciudad. En el mar navega, con las velas desplegadas, un barco en cuyo puente unos comerciantes discuten sus negocios. En fin, estamos ante los afanes y preocupaciones cotidianos, frente a una vida de simples menesteres y problemas humanos sencillos. ¿Dónde está Ícaro? ¿Dónde está aquél que trató de alcanzar el sol? Sólo, si observamos minuciosamente el cuadro, podremos descubrir en un rincón del mar un par de piernas que se sumergen en el agua, y arriba, revoloteando en el aire, unas cuantas plumas que el brusco descenso desprendió de las alas ingeniosamente fabricadas. La caída ha ocurrido hace un instante apenas. Se trata del temerario que, según la leyenda griega, construyó unas alas para volar y se elevó a tal altura que llegó cerca del sol. Sus rayos fundieron la cera con que se había pegado el joven las plumas, y el desdichado se precipitó en el abismo. La tragedia ha ocurrido; helo allí que se hunde y se ahoga en el mar. Pero los hombres nada han advertido. Ni el campesino que ara la tierra, ni el comerciante que navega, ni el pasajero que contempla el cielo, ninguno se ha dado cuenta de la muerte de Ícaro. Sólo el poeta o el pintor la han visto y la han transmitido a la posteridad. »

CHARLES DICKENS  : IMÁGENES DE ITALIA (FRAGMENTO)

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Terremoto de Italia

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» Del Corso sale el carnaval y aquí es donde se reúne. Pero como todas las calles en las que se festeja el carnaval están estrechamente controladas por los dragones, los coches deben tomar primero otro camino e introducirse en el Corso por el extremo opuesto al de la plaza del Pueblo, que es su otra entrada. Nos incorporamos, pues, a la fila de los coches y progresamos con bastante tranquilidad durante un momento; tan pronto avanzando muy lentamente; tan pronto trotando durante una media docena de metros; tan pronto reculando una cincuentena; tan pronto deteniéndonos completamente: según el grado de atestamiento de la calle. Si un coche impaciente se salía bruscamente de la fila y avanzaba al trote con la bárbara idea de ir más deprisa, era en seguida alcanzado o adelantado por un soldado a caballo que, sordo a cualquier protesta como se lo permitía su espada desenvainada, lo llevaba inmediatamente detrás, completamente à la cola del cortejo, y lo transformaba en un punto incierto de la perspectiva más lejana. Intercambiábamos a veces un puñado de confeti con el coche que nos precedía o con el que nos seguía; pero por el momento, la captura de los coches fugitivos y vagabundos por los soldados era lo que constituía la principal. diversión.
Después, entramos en una calle pequeña, en la que, además de la fila de coches que avanzaban, había otra fila, la de los coches que regresaban. Aquí, los cónfetis y los ramos comenzaron a volar de manera bastante densa y tuve la suerte de ver cómo un señor, vestido de guerrero griego, alcanzaba en la nariz a un bandolero de rubias patillas (éste estaba justamente a punto de lanzar un ramo a una señorita apoyada en una ventana del primer piso), con una precisión que fue muy aplaudida por los asistentes. Mientras que este vencedor griego intercambiaba una observación chistosa con un señor gordo que se encontraba en el umbral de una casa -mitad negro y mitad blanco, como si le hubieran desplumado a medias-, y que le había felicitado por su victoria, recibió una naranja lanzada desde la terraza de una casa, en plena oreja izquierda, y se quedó muy sorprendido, por no decir desconcertado. Sobre todo porque, como se encontraba de pie y el coche se había puesto en marcha justamente en ese instante, sin él esperarlo, vaciló y cayó ignominiosamente, quedando enterrado bajo sus flores. 
»

ANTONIO MACHADO : CANCIONES A GUIOMAR (FRAGMENTO) DE POESÍAS COMPLETAS -1917

Antonio Machado jovial

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» Hoy te escribo en mi celda de viajero,
a la hora de una cita imaginaria.
Rompe el iris al aire el aguacero,
y al monte
su tristeza planetaria.
Sol y campanas en la vieja torre.
¡Oh tarde viva y quieta
que opuso al panta rhei su nada corre,
tarde niña que amaba a su poeta!
¡Y día adolescente
-ojos claros y músculos morenos-,
cuando pensaste a amor, junto a la fuente,
besar tus labios y apresar tus senos!
Todo a esta luz de abril se transparenta;
todo en el hoy de ayer, el Todavía
que en sus maduras horas
el tiempo canta y cuenta,
se funde en una sola melodía,
que es un coro de tardes y de auroras.
A ti, Guiomar, esta nostalgia mía. 
»

CECILIA MEIRELES : EL POETA

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CECILIA MEIRELES

» No se si las actuales condiciones del mundo
permiten el equilibrio de forma y expresión,
porque serían raros los poetas
en tal estado de vivencia puramente poética,
libres del aturdimiento del tiempo,
que logren hacer del grito música, esto es,
que creen poesía como se forman los cristales.
Pero creo que todos padecen, si son poetas.
Porque al final se siente que el grito es grito
y la poesía ya es el grito (con toda su fuerza),
pero transfigurado. 
»

JUAN GELMAN : RUISEÑORES DE NUEVO

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Gelman

» En el gran cielo de la poesía,
mejor dicho
en la tierra o mundo de la poesía que incluye cielos
astros
dioses
mortales
está cantando el ruiseñor de Keats
siempre
pasa Rimbaud empuñando sus 17 años como la llama de amor viva de San Juan
a la teresa se le dobla el dolor y su caballo triza el polvo enamorado Francisco de Quevedo y Villegas
el dulce Garcilaso arde en los infiernos de John Donne
de César Vallejo caen caminos para que los pies de la poesía caminen
pies que pisan callados como un burrito andino
Baudelaire baja un albatros de su reino celeste
con el frac del albatros Mallarméva a la fiesta de la nada posible
suena el violín de Verlaine en la fiesta de la nada posible
recuerda que la sangre es posible en medio de la nada
que Girondo liublimará perrinunca lamora
y girarán los barquitos de tuñón contra el metal de espanto que abusó a Apollinaire
oh Lou que desamaste la eternidad de viaje
el palacio del exceso donde entró la sabiduría de Blake
el paco urondo que forraba en lamé la felicidad para evitarle fríos de la época
mientras Roque Dalton trepaba por el palo mayor de su alma y gritaba. 
»

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