JUAN CARLOS ABRIL.»POETA Y CRÍTICO LITERARIO»

JUAN CARLOS ABRIL

«…el mundo viaja solo, y tú también
en su infinita red de vanidades
te dejas arrastrar por símbolos, deseos…
«

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«UNA SOLA PALABRA BASTA PARA DESTRUIR LA DICHA DE LOS HOMBRES.   (GOETHE)»

insula
insula (Photo credit: annapmagistra)
Juan Carlos Abril
Nacimiento 7 de enero de 1974
Los Villares, (Jaén), Flag of Spain.svgEspaña
Ocupación Poeta, profesor, crítico literario, traductor
Nacionalidad Española
Género Poesía

Juan Carlos Abril (Los VillaresJaén7 de enero de 1974) es un poeta y crítico literario español.

FUENTE: http://es.wikipedia.org

 

Juan Carlos
Juan Carlos (Photo credit: Cuadrilla de caza «Santo Antón»)

Biografía

Se doctoró en Literatura Española, con una tesis, dirigida por Luis García Montero, sobre la poesía de José Manuel Caballero Bonald, y actualmente ejerce la docencia en el Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura de la Universidad de Granada. Ha residido durante varios años en Exeter, al sudoeste de Inglaterra, en la Provenza francesa, y en Milán y Roma.

Ha publicado crítica literaria y poemas en diversas revistas como ÍnsulaCuadernos HispanoamericanosHistoria y PolíticaRilceLetras de DeustoLa Estafeta del VientoLitoralEl Maquinista de la GeneraciónHumanitas,Analecta MalacitanaRevistAtlánticaRenacimientoClarínCampo de AgramantePrima LitteraLa páginaLa Poesía, señor hidalgoCuadernos del Matemático o La Manzana Poética. Dirige la revista Paraíso.

Clarín (newspaper)
Clarín (newspaper) (Photo credit: Wikipedia)

ALGUNOS POEMAS DE JUAN CARLOS ABRIL

Français : Librairie Humanitas, str. N. Balcescu
Français : Librairie Humanitas, str. N. Balcescu (Photo credit: Wikipedia)
Cabina de La Hidrocálida (AGS-MEX)
Cabina de La Hidrocálida (AGS-MEX) (Photo credit: José Camba)

Diseminación

Los poemas que nunca escribiré
se han convertido en humo

afirmativo y en volutas
que no desaparecen, se disuelven.

Blanco humo de las chimeneas
que contiene poemas de todos los colores.

De «Crisis», 2007

Blanco vs Negro
Blanco vs Negro (Photo credit: una_cat)

Don de la ingenuidad

Cuando regreses
a la ciudad verás las ilusiones
que madrugan con sus acentos
incapaces de desprenderse
del pasado, que ignoran
lo mismo que nosotros.

Tú ni siquiera sabes por qué vives,
cómo es posible limitar
la realidad de varias formas,
si es tuyo este deseo
en la utopía de los débiles,
rebeldes, nunca hermosos.

No dormirán las culpas hasta tarde
y en su espiral el ruido
con su dragón ajuglarado
bisbiseará un nuevo día:
Horarios imposibles,
beata actividad.

Contra ti mismo cuántas veces;
cuántos modos conoces
de hacerte daño.
Ya no quedan violines
y la melancolía de las fuentes
posee menos memoria
que sentido común.

He de explicarlo casi todo.
El tiempo, como un herpes, su sintaxis
sin posibilidad. Irás
pero no volverás.
Este país tiene la pata herida.

Yo quise destruirme
fregando platos,
dije lo que me apetecía.

En los desfiladeros
de mis eses,
con el afán
de principios de curso
superé mi propia rutina
y eliminé
lo que no soportaban.
Unos dicen que ha muerto,
otros que nunca morirá.

Aún así
te convences con poco.

Colono de una lengua
que hoy sigues recordando,
quiero reírme
de esas largas genealogías
mientras diseño aquí mi casa:
encinas y palmeras,
tamarindos,
palabras con descuento
e insistencia:
es tu virtud.

Y otro episodio
dentro de ese vacío
infantiloide
que debes aceptar
intermitente,
la descripción de un personaje
con flexibilidad: ser puente o río.

Inédito

"Unos"
«Unos» (Photo credit: enggul)

El clavo

Todo lo revivido se estremece.

Repites las historias muy despacio
con los nombres del mundo de los muertos
pues lo bello, al final, resulta triste.

Las huidas sin carrera son la imagen
grotesca de los sueños, el agua que se escapa
entre las manos y, por eso, prefieres
cambiar aquellos nombres y lugares, dejar
sólo los hechos con los sentimientos
que arrastran.
Puede ser una señal
y casi te deslumbra.

En el dolor, no obstante,
el abrazo es más rápido que un cepo.

Ser uno mismo, sí, pero antes ser de otros.

De «Un intruso nos somete», 1997

VIENTO
VIENTO (Photo credit: nestor galina)

El vigía

Veo en el horizonte un humo verde
reptando, caprichoso,
igual que una culebra entre las rocas.
Y cerca, en el camino a mitad de este sendero,
la verja vegetal que lo recubre
lujosa, decadente,
escarchadas y lánguidas
clarean unas ramas.
Parecen tensas venas que sujetan
a punto de partirse este paisaje
en la ventana de la fantasía.

Protege la muralla.
Y cómo cubre cárdena su imagen
y oscila en la penumbra,
cómo se pierde, y cómo se difunde.

Justo ahí donde empieza la escalera,
una escalera natural
de piedra, justo ahí es donde paro,
y me vuelvo otra vez.

Y aquí yo, y tú también,
ya nosotros.
Con miedo incluso, incluso
incertidumbre, en triple dirección.
Con la mano temblando al escribir
esta venérea milicia, noble
título, y mucho más real; pues sabemos
que no nos pertenece casi nada,
que todo es suyo y nuestro,
y que yo no soy nadie.
¿Algo es mío?

¿Cómo es posible ahora
escuchar su advertencia?
¿Cómo estar en lo cierto
y descifrar los símbolos osados
que la belleza desinteresada
rasga en nuestras imágenes?
¿Preguntas
indefinidamente sin respuesta?

Daré la voz de alarma
ante cualquier extraño movimiento.
Tengo explícitas órdenes
de tirar a matar.

De «El laberinto azul», 2001

Cuando River
Cuando River (Photo credit: mp3ief)

 


Elegía

La noche es el escudo
que abarca su mirada,
la tierra que rodea
desde el riesgo a la tumba.

Ya amanece
en la posada del acantilado
donde cuelga un farol
y un letrero que gime en las tormentas
infernales de invierno.

Aquí vibra el dominio de la espada,
mano que empuña su destino
libre y que atraviesa
el territorio de la dignidad.
Yo prometo
la tierra de los sueños,
lejana de las leyes de los hombres
que ahora contemplamos.
Voz inerte,
viento, nostalgia. No te apresarán
los perros convocados que persiguen
el olor de una muerte fugitiva,
ni cederán el hambre, los pies siempre cansados,
la persistencia del dolor.
Yo sé
que este horizonte púrpura consigue,
como fuego y presagio,
el rastro insoportable de la cólera,
la luz de la esperanza.

De «Un intruso nos somete», 1997

FUENTE: http://www.amediavoz.com

 

Litoral Atacama
Litoral Atacama (Photo credit: desierto_atacama)
Rome House
Rome House (Photo credit: @Doug88888)